La Importancia de la Repetición

Dicen que no es tan importante enseñar como recordar.

Muchas veces en terapia me encuentro con personas que no se encuentran en su mejor momento.

Cuando les pregunto porqué están así a veces no hay un detonante claro, simplemente es como si el día a día les fuese apagando el ánimo.

Sin embargo, ante la pregunta de qué es lo que hacían o sucedía cuando estaban o se encontraban bien, suele existir una respuesta que engloba cosas que no están en el momento presente.

Puede ser que dedicaban más tiempo para si mismos/as, que tenían relaciones sociales, que tenían algún tipo de afición…

O puede también que en aquellos tiempos le diesen un sentido a su vida que poco a poco, en la monotonía del día a día, se fue perdiendo.

Tendemos a hacer cosas que nos hacen estar bien, a pensar de determinada manera o a gestionar nuestros sentimientos de una forma positiva.

La equivocación suele estar que cuando llegamos a ese anhelado bienestar, perdemos de vista esas cosas y esa forma de vivir que precisamente son las que nos llevaron ahí.

Y….casualmente, o no, poco a poco vamos perdiendo ese bienestar.

Es muy importante que no olvidemos, y para eso es importante que como cualquier ritual, mantra, hábito…nos repitamos cada día de nuestra vida aquello que es importante para nosotros y nosotras a la hora de estar bien.

Porque en algún momento lo hemos sabido, pero en algún momento también lo hemos olvidado.

Recupera aquello que sabes que te hace bien, y vuelve a la senda.

Si aún no lo sabes, te animo a que lo descubras en terapia.

Un abrazo.

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo y Psicoterapeuta Humanista.

¿EN QUÉ TE PUEDO AYUDAR?

Muchas veces nos podemos plantear la opción de acudir a terapia pero a la vez hay algo que nos frena e impide dar el paso, porque, ¿en qué me va a poder ayudar?

Hay muchos tipos de terapia, tantos como personas que se dedican a ella.

Esto es importante saberlo y conocerlo porque fuera de ramas (conductista, humanista…) lo que más va a determinar el desarrollo de la terapia es el vínculo entre la persona que acude y él/la terapeuta.

Por ello no es solo acudir a terapia, sino el dar con la persona con la que realmente vas a conectar.

¿Porqué esto es importante? Porque no es fácil poder ser uno/a mismo, y para poder abrirnos de verdad necesitamos una confianza y seguridad plena en la otra persona.

No es solamente: “vete y cuéntale todo”. Fácil de decir, difícil de hacer.

El vínculo es la clave.

Si conseguimos ese vínculo esa será la gran ayuda, sentirte tú (igual por primera vez) con la persona que tienes enfrente y contigo mismo/a.

Hay personas que no han podido ser ellas mismas porque siempre han estado para las demás, y conseguir esto es liberarse de muchas, y pesadas, cargas.

La terapia ayuda en que una persona puede observar desde fuera y darte puntos de vista o hacer que tú los veas desde perspectivas de las que igual no eras consciente.

Ayuda a entender, y si entendemos, podemos solucionar.

Y sobre todo ayuda a estar en paz, ¿con quién?, contigo mismo/a.

Ese es el bienestar.

Un abrazo

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo. Psicoterapeuta Humanista.

FIN DE AÑO

Llega un nuevo fin de año y por consiguiente un nuevo comienzo de año. Quizás no existen los espacios vacíos. Después de, siempre hay.

Está será la última entrada de este año así que me gustaría simplemente hablar de mí.

Detrás de un escrito, un vídeo, cualquier tipo de creación…siempre hay una o varias personas.

Son las relaciones las que unen, las que sanan y las que también pueden dañar.

La relación más importante, la primera por la que empezar, es la que tenemos con nosotros/as mismos/as.

Si algo he aprendido a lo largo de los últimos años ha sido a tener una buena relación conmigo mismo.

Tuve la suerte de realizar una formación humanística con increíbles personas que me llevó a comprenderme y aceptarme de una forma muy plena.

Adquirir esos aprendizajes y aquellas vivencias como estilo de vida ha sido lo que me ha permitido y permite, cada día, poder estar bien.

No quiere decir que no ocurran cosas malas, que no haya momentos peores, quiere decir que uno deja de sufrir por muchas de las cosas que tienen que ver con las propias exigencias, machaques, deseos, frustraciones…

El estar bien conmigo mismo es lo que me permite dar un buen acompañamiento, eso es algo que no admite duda.

Es de lo que trata la terapia entendida como estilo de vida. Aprender y dar importancia al auto cuidado en toda su expresión.

Y llevarlo a cabo.

Día a día.

Año a año.

Momento a momento.

Y así.

Siempre.

Feliz Navidad.

Pablo Fernández Díaz, Psicólogo y Psicoterapeuta Humanista

¿ES POSIBLE GESTIONAR LA ANSIEDAD?

En nuestros días la ansiedad se ha convertido en uno de los principales malestares de la sociedad, muchas son las personas que llevan intentando combatirlo durante años pero, ¿es realmente posible gestionar la ansiedad?

Seguramente muchas personas hemos pasado por momentos de ansiedad, sabemos bien lo que es esa sensación en el pecho, esa dificultad para respirar con normalidad.

Muchas quizás han tenido que recurrir a la medicación para solventar esos momentos.

Y otras muchas quizás llevan años tomando ansiolíticos.

Ya sea la ansiedad como algo puntual o la ansiedad como algo más crónico lo que a todas las personas nos gustaría es saber si se puede controlar.

La respuesta es sí.

Desgraciadamente muchas personas que acuden a terapia con ansiedad no han tenido, para empezar, una buena explicación de lo que es la ansiedad.

Y no digo a cómo se siente, sino a saber qué es.

La ansiedad es un tipo de miedo con una gran diferencia frente al miedo propiamente dicho.

El miedo en sí es la emoción que sentimos ante algo real, algo que ahora mismo está sucediendo.

La ansiedad es un miedo anticipatorio, es decir, a algo que aún no está ocurriendo y que en muchos casos no tiene porqué ocurrir.

Esas frases que muchas veces escuchamos en nuestra cabeza encabezadas por el “y si..?»

Por eso la gestión y el manejo de la ansiedad es totalmente un objetivo posible.

Dentro del tipo de terapia en el que trabajo una máxima de base es el darse cuenta.

Somos la persona con la que más hablamos pero prácticamente toda esa conversación nos pasa desapercibida.

No hay ansiedad sin la intermediación del pensamiento y es por eso por lo que se puede controlar y cambiar.

Primero empezamos por darnos cuenta de qué nos decimos, después empezamos a separar lo que es real de lo que no, seguimos con el buen trato, no castigarnos ni fustigarnos, y finalizamos entendiendo todo ello como un estilo de vida, algo que llevamos incorporado en nuestro día a día.

¿Crees que no hay solución para la ansiedad? Date la oportunidad de ver que sí la hay.

Un abrazo.
Pablo Fernández Díaz. Psicólogo. Psicoterapeuta Humanista Integrativo.

CONSEGUIR RELACIONES SANAS

Una de las claves del bienestar es poder tener y contar con relaciones sanas, tener personas de confianza con las que poder ser nosotros/as mismos/as.

La vida del ser humano es un continuo de relaciones, crecemos y aprendemos en ellas y de ellas.

Salir del propio yo y ser capaz de comprender que cada persona es un mundo, única e irrepetible es la base del respeto.

A su vez las relaciones, cuando no son sanas o se rompen, nos causan el mayor de los sufrimientos.

Sin olvidar uno de los grandes miedos inconscientes del ser humano, el miedo al abandono, que está detrás de la ansiedad social, el miedo al qué dirán, a exponerse en público…

No queremos sentir el rechazo, y para ello aprendemos a ponernos caretas, a ser como las demás personas esperan que seamos.

Es difícil crear relaciones, cada persona es un mundo y no hay una guía que nos asegure el éxito.

Sin embargo si que hay tres aspectos que se tienen que dar para crear y mantener relaciones del tipo que sea con cualquier persona.

Toda relación, de pareja, familiar, de amistad, de trabajo, funcionará y crecerá si se dan los tres siguientes aspectos:

  1. Confianza
  2. Comunicación
  3. Respeto

Si te fijas en alguna relación actual que no esté fluyendo o funcionando seguramente verás que falla alguna o varias de las anteriores patas de la silla.

Trabaja sobre ello para poder crecer y disfrutar de las relaciones que tú elijas.

Se puede.

Un abrazo.

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo. Psicoterapeuta Humanista.

LA TERAPIA COMO ESTILO DE VIDA

No se trata solo de cambiar algo puntualmente, sino de poder dotar de herramientas para realizar un cambio permanente

Quizás una de las cosas que mas dificultades me crea en terapia es poder transmitir la idea de la terapia como estilo de vida.

Me refiero a que cuando alguien acude a terapia es porque algo no está funcionando adecuadamente.

Ese problema de funcionamiento normalmente se puede deber a formas de pensar, hacer o de tratarse a uno mismo.

Por esos la terapia es un proceso, un lugar donde poco a poco darse cuenta.

El darse cuenta es la base, darse cuenta de lo que sientes, de cómo te hablas, de cómo te relacionas contigo y con las demás personas.

Es realizar cambios a formas de ser que normalmente han sido resultados de adaptarnos a nuestro entorno.

Y esos cambios se consiguen en la práctica diaria, cuando se toman como un estilo de vida, como una forma de autocuidado, respeto y amor hacia la propia persona.

Los cambios pueden ser más rápidos o más lentos pero no se trata de velocidad.

Lo importante es poder entender y comprender que la práctica diaria va a suponer un crecimiento, un bienestar duradero.

Porque no se trata de estar bien o estar mal, sino de entender qué es lo que me hace estar bien o estar mal.

Acudir a terapia debería ser eso, encontrar una persona que te acompañe en ese maravilloso proceso de reencontrarse y aceptarse.

Como cada persona es.

Valiosa por ser quien es.

Un abrazo.

Pablo Fernández Díaz. Psicoterapeuta Humanista. Psicólogo.

CADA DÍA

Vivir es un acto presente, una acción, una determinación, una decisión. Es por ello que cada día hay que tomar la responsabilidad de vivir de la forma más sana y de la mejor manera posible.

Muchas veces el malestar mental o emocional viene de no estar a gusto con la vida que tenemos, con cómo vivimos o las decisiones que tomamos o hemos tomado.

Cierto es que vivir parece que debiera ser algo natural, que la inercia del tiempo, de la vida, hará que todo fluya.

Pero no es así.

La vida y el bienestar propio son responsabilidad de cada persona.

Y cada día hay que vivir, por ello que cada día debería ser un acto de responsabilidad con respecto a nosotros/as mismos/as.

Ahí la dificultad.

A veces dejamos problemas sin resolver, emociones enquistadas, decisiones “para después”, necesidades sin cubrir…

Esperamos que llegue el día en que la vida resuelva todo ello.

Pero debe ser cada persona la que a cada momento marque su camino, la que tome su propia responsabilidad.

Es un esfuerzo, un sacrificio, pero si queremos un bienestar emocional, personal, debe ser así.

Date un espacio, date un momento, coge papel y lápiz si hace falta.

Apunta las cosas que te gustaría cambiar, piensa en formas para resolverlas, apóyate en personas que te puedan ayudar.

Cada día levántate con el propósito no ya de vivir, sino de vivirlo.

No desees que el día acabe para que empiece otro. Vive de la mejor manera para ti y verás cómo los días pasan lo mejor posible.

Tanto en el bienestar como en el malestar.

Amarse, respetarse, perdonarse.

El buen trato es indispensable.

Y a vivir.

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo. Psicoterapeuta Humanista.

PROPÓSITO DE DÍA NUEVO

Ha llegado 2022 y, con él, nuevos propósitos para el nuevo año. Pero quizás lo sano sería ir comprometiéndose con nuestros propósitos cada día, no cada año.

Es costumbre para muchas personas marcarse el inicio de año como fecha para actualizar o volver a recobrar ciertos propósitos.

Fin e inicio son palabras que nos llevan a buscar un pasar de página, un volver a empezar o volver a retomar.

Puede que sean propósitos en relación a nuestra salud física, mental, a cambios de trabajo, a iniciar estudios, en relación a nuestra conducta, a nuestros valores…

Tener propósitos es bueno, nos puede marcar una meta, un objetivo, pero todo propósito implica un plan de acción y un sacrificio.

Es ese sacrificio el que suele obstaculizar la realización del propósito, la pérdida de motivación.

Buscamos llegar a la meta pero nos olvidamos de recorrer el camino.

Puede ser que busque estar mejor físicamente, mentalmente, puede ser que mi propósito sea ahorrar a fin de mes.

Esa es la meta.

Bien, ahora olvídate de ella.

Lo que importa es el camino que tienes que recorrer para llegar, ese debería ser tu propósito de día nuevo.

Cada día levántate teniendo claro cuál es tu propósito, tu objetivo para hoy.

No será estar mejor físicamente, esa es la meta. Tu propósito de día nuevo será ir al gimnasio, o comer sano, o salir a pasear.

No será ahorrar a fin de mes. Tu propósito de día nuevo será apuntar tus gastos, evitar compras innecesarias o meter en un cajón cinco euros.

Es el día a día el que marca la diferencia, el camino que hará que un día te levantes y observes con sorpresa que has llegado a la meta.

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo. Psicoterapeuta Humanista.

HIGIENE MENTAL

Podemos hablar de salud física y de salud mental, pero no debemos olvidarnos de que la higiene es lo que mantiene o previene esa salud.

Hoy en día se habla mucho de la salud mental y de lo importante que es cuidarla y buscar ayuda en caso necesario.

Sin embargo identificamos la salud mental como un estado inerte que en un momento dado se puede ver afectada.

Pero es importante entender que la salud tiene relación directa con la higiene, que tiene un carácter activo y es responsabilidad propia.

Podemos tener buena o mala salud física, coger un catarro o estar en plenas facultades, hacer deporte, comer sano, evitar riesgos que nos puedan complicar esa salud.

Y a su vez también tenemos una higiene como hábito que nos protege de enfermar, nos duchamos, lavamos los dientes, lavamos las manos…

Esa es la higiene que consideramos necesaria y para la que siempre sacamos tiempo, nos sonaría extraño alguien que nos dijera que no se ha duchado la última semana por falta de tiempo.

Sin embargo no tenemos en nuestro día a día el concepto de higiene mental.

Y es importante ver qué cosas debemos hacer para mantenernos limpios a ese nivel. No esperamos a estar sucios para ducharnos ni por habernos duchado ayer no nos duchamos hoy.

Es muy común, al contrario, no hacer aquellas cosas que nos hacen bien a nivel mental y emocional por no considerarlas importantes o por no tener tiempo.

Dar paseos, hablar de cómo estamos, compartir momentos, leer, escribir, meditar, deporte, ir a terapia, yoga, reír, reflexionar, desahogar…

Todos estos son ejemplos de actividades que podemos realizar para mantener una buena higiene mental y así evitar repercusiones a nivel de salud.

Busca o recupera aquello que te hace bien y márcatelo como algo cotidiano.

Si se le da importancia hay tiempo para ello.

Cuídate.

Un abrazo.

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo. Psicoterapeuta Humanista Integrativo.

LAS RELACIONES SON EL BIENESTAR

Quizás una de las cosas más importantes para poder alcanzar el bienestar personal es el tipo de relaciones que tenemos, tanto con los demás, como con nuestro propio ser.

Nos pueden suceder cosas buenas o malas en la vida, pero lo que marcará la diferencia será las personas que tengamos al lado en esos momentos.

Si contamos con personas de confianza, que no nos van a juzgar, que saben aportarnos las necesidades que podamos tener, nutrirnos, nuestro bienestar estará casi asegurado.

Si por el contrario contamos con personas que tienden a culpar, que no saben escuchar, empatizar… lo que encontraremos será un malestar que nos inundará.

El tipo de relaciones que podamos tener con los demás es un elemento clave del bienestar.

Y a su vez, este tipo de relaciones, vendrán marcadas por la relación que tengamos con nosotros y nosotras mismos/as.

Somos la persona con la que más hablamos, de ahí la importancia de cuidar la forma en la que nos hablamos y tratamos.

Darse cuenta de qué me digo y cómo me lo digo.

Hablarme con amor, con respeto, perdonar mis fallos, tratarme desde el ánimo y desde la creencia en mi propia persona.

Y a partir de ahí podré crear relaciones más sanas, sabré poner límites, pedir ayuda, no sentirme criticado o juzgado cuando traten de ayudarme.

Las relaciones son básicas en nuestra vida, son parte importantísima a la hora de tratar diferentes problemáticas como la ansiedad, la depresión, el estrés, la angustia…

Cuida tu propia relación, cultiva la que tienes con los demás.

Un abrazo.

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo, Psicoterapeuta Humanista Integrativo.