LO DE DENTRO

La vida empieza a cambiar cuando te das cuenta que, lo que crees que tiene una causa externa, en realidad, la tiene interna.

Puede ser una de las cosas más importantes y a la vez más difíciles de ver y aceptar, el ser consciente de nuestra realidad interna.

Somos seres limitados en tanto que tenemos un cuerpo, unos sentimientos, unos sentidos.

Ello hace que la realidad sea percibida.

¿Qué significa esto?

Pues que nuestra realidad es una realidad filtrada por nuestro ser.

Significa que lo que nos mueve o toca en cualquier sentido, es porque ha tenido una repercusión en nosotros.

Quiere decir que cuando algo nos llega, de buena o mala manera, es porque contacta con algo de nuestra historia de vida, de nuestra forma de ser.

Si digo que alguien me enfada realmente estoy engañándome, ya que el que me enfado soy yo por una actitud del otro.

Pero, ¿qué toca en mí para que yo me enfade?

Eso es descubrirse uno mismo.

¿Qué hay en mí cuando me indigno, cuando amo, cuando me avergüenzo, cuando me frustro, cuando me emociono?

Normalmente entendemos que la respuesta viene de lo que ocurre fuera.

Pero todo viene de lo que llevamos dentro.

No me da miedo la oscuridad, yo tengo miedo a la oscuridad.

No es la oscuridad, soy yo con respecto a ella.

Puede parecer lo mismo, pero para nada lo es.

Y es en ese momento que uno asume su parte, la totalidad de su bienestar, cuando se da cuenta de que el cambio interno promueve lo externo, cuando todo cambia.

Encontramos la tranquilidad, la serenidad, la seguridad.

Dejamos de ansiar, de desesperar, de temer, de frustrarnos, o nos puede venir esa emoción, pero no se apodera de nosotros.

Aceptamos que construimos nuestra realidad. No se trata de conformarse, de no poner límites, precisamente es todo lo contrario.

Es coger nuestro timón y elegir nuestros vientos.

Es vivir(se).

Pablo Fernández Díaz. Psicólogo y Psicoterapeuta Humanista.

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